Enterococcus faecalis es una bacteria que vive en el intestino de los animales y se la puede encontrar en el agua, los alimentos y los vegetales. Frecuentemente se la asocia a infecciones que causan enfermedades, esto hace que muchos laboratorios se dediquen a estudiar su fisiología y genética. Una característica fundamental del género Enterococcus es que tiene la capacidad de persistir y resistir a condiciones adversas del ambiente como ph y calor extremos o altas concentraciones de sales como el cloruro de sodio.
Una de las líneas de investigación del grupo de Christian Magni en IBR se dedica a investigar a nivel molecular cómo es que estas bacterias pueden resistir al aumento de la concentración de solutos en el medio, lo que se denomina osmolaridad externa. Que una célula pueda soportar esta condición requiere de muchos ajustes. Porque si bien todas las células están rodeadas de una membrana que las separa del medio y actúa como una barrera para la mayoría de los solutos, al mismo tiempo es permeable al agua. Entonces, cuando cambia la concentración extracelular de solutos que son excluidos de la célula por las membranas, el agua se mueve desde o hacia el interior celular de manera de alcanzar un equilibrio entre la concentración que hay fuera y dentro de la célula. Este movimiento resulta en un cambio del volumen celular y de presión que podrían llevar a su muerte si las células no tuvieran mecanismos para compensar estos cambios del medio y mantener su volumen lo más constante posible.
Parte de estos mecanismos de respuesta al estrés osmótico tiene que ver con aumentar la concentración de algunos solutos especiales que no son tóxicos para la célula. El principal soluto que cumple esta función en la mayoría de las especies es el potasio.
Realizando análisis bioinformáticos, Christian y su equipo identificaron cuatro posibles transportadores de potasio en Enterococcus feacalis. Pudieron demostrar que dos de ellos, llamados Kup y KimA son transportadores de potasio de alta afinidad. Luego hicieron experimentos genéticos que les permitieron caracterizar los múltiples roles fisiológicos de cada transportador. Determinaron que KtrA es necesario para resistir a altos ph y concentraciones de osmolitos. Por primera vez encontraron evidencias que Kup es necesario para el crecimiento en medios con alto ph y baja concentración de potasio y para resistir al estrés osmótico. También vieron que los sistemas de transporte de potasio pueden variar según la cepa, y que algunos preponderan selectivamente en cepas de origen clínico comparado con las cepas ambientales o derivadas de alimentos.
¡Felicitamos a Giuliana Acciarri, Fernán Gizzi, Mariano Torres Manno, Jörg Stülke, Martín Espariz, Víctor Blancato y Christian Magni por este aporte a la fisiología y genética de las enterobacterias!