Referentes de la política, el sector productivo y la comunicación cambiaron sus lugares de trabajo por la mesada de laboratorio en el IBR. Una experiencia inmersiva para entender, sin intermediarios, el valor estratégico de la ciencia rosarina.
¿Qué sucede cuando quienes definen políticas públicas, estrategias empresariales y comunicacionales se enfrentan en un laboratorio científico a una pipeta, un microscopio, para estudiar bacterias, plantas y peces? La respuesta la tuvimos en el corazón del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) durante la novena edición de BioLíderes, un programa insignia que, desde hace una década, tiende puentes entre el laboratorio de investigación y la sociedad.
Lejos de ser una visita protocolar, el encuentro de dos jornadas desafió a dieciséis referentes clave a dejar su rol de observadores. Guiados por investigadores, investigadores en formación y técnicos del IBR, los participantes realizaron ingeniería genética en tiempo real: desde la modificación de ADN bacteriano hasta la purificación de genes y la generación de organismos genéticamente modificados.
La ciencia desde adentro
El impacto de BioLíderes radica en la experiencia tangible. “BioLíderes nos recuerda que la ciencia no solo se trata de generar conocimiento, sino de transformarlo en soluciones”, destacó Alberto Baruj, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET, tras completar su experiencia en la mesada.
La edición 2025 convocó a un grupo estratégico que representa a los distintos pilares de la sociedad:
Gestión Pública y Legislativa: La comitiva estuvo integrada por los diputados nacionales José Núñez y Caren Tepp, el ministro de Educación de Santa Fe, José Goity; y las diputadas provinciales Lionella Cattalini, y Lucila De Ponti. También se sumó Federico Valentini, secretario de Cultura de Rosario, aportando la mirada desde la gestión de la ciudad.
Sector Productivo y Empresarial: La vinculación con el mundo privado estuvo representada por Silvana Dal Lago (Sonder Argentina), Federico Siri (Polo Tecnológico Rosario), Marcelo Primo (Capital Markets Inversiones) y Mariano Seletti (Triveca Agencia de Publicidad).
Academia y Sociedad Civil: El ámbito educativo y social contó con las decanas Laura Rodríguez de Sanctis (Universidad Austral) y Cintia Pinillos (UNR); junto a Manuel Guillén (UNESCO) y Carolina D’Addario (Tecnoteca Rosario).
Comunicación: El periodista Leo Ricciardino (Radio Sí y Rosario/12) completó el grupo, aportando la perspectiva clave de la divulgación pública.
Un ecosistema de confianza
El diálogo posterior a los experimentos reveló el verdadero activo del IBR: la confianza. Para Silvana Dal Lago, la vivencia subrayó cómo el diálogo científico-industrial genera “valor agregado con identidad local”. Por su parte, el ministro Goity calificó la experiencia como inspiradora para repensar la educación científica como base de una ciudadanía crítica.
Javier Palatnik, director del IBR, sintetizó el espíritu del encuentro con contundencia: “La ciencia tiene sentido cuando sale del laboratorio y aporta a la comunidad y a la vida de las personas. Abrir las puertas es parte de nuestro compromiso por compartir conocimiento y construir futuro”.
Una década de diálogo
La vigencia de BioLíderes, con más de 100 participantes históricos, radica en su capacidad de derribar prejuicios. Para Alejandro J. Vila, impulsor del ciclo, la clave está en el intercambio: “La ciencia no puede desarrollarse aislada; necesita conversación y cooperación”. Al cerrar esta novena edición, el IBR reafirma que la mejor forma de defender la ciencia es compartiéndola con quienes toman las decisiones.






