Un trabajo reciente, del laboratorio de Darío Krapf, muestra que el posicionamiento de proteínas quinasas es un evento clave durante el proceso fecundante del espermatozoide para la regulación de la actividad de estas moléculas.
En un trabajo en colaboración, con laboratorios de Argentina, México y Estados Unidos, descubren que el posicionamiento de ciertas quinasas, un tipo particular de enzimas, es modificado activamente para el correcto funcionamiento celular. Este hallazgo fue llevado a cabo gracias a la aparición de nuevas tecnologías de microscopía de alta resolución.
“Los espermatozoides de mamíferos no son fecundantes al momento de la eyaculación. Para lograr fecundar un óvulo, estos espermatozoides disparan una serie de eventos moleculares influenciados por el ambiente del tracto reproductor femenino”, explica Darío Krapf investigador de CONICET, y director del Laboratorio de Cascadas de Señalización Celular del IBR. Y agrega, “llama la atención que una misma proteína, denominada PKA, regule múltiples eventos con alta selectividad”.
Esta investigación ayuda a entender que además del “encendido y apagado” de estas quinasas, el correcto posicionamiento de estas proteínas es clave para el funcionamiento espermático. Este posicionamiento es además, activamente modificado durante el proceso por el cual el espermatozoide adquiere su capacidad para fecundar.
Las co-autoras de la investigación publicada recientemente en la prestigiosa revista The Journal of Biological Chemistry (JBC), son Cintia Stival y Carla Ritagliati, becarias del IBR.
Stival, licenciada en Biotecnología, realizó una estadía en el laboratorio del doctor Alberto Darszon en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), financiada por el Programa Latinoamericano de Investigación en Salud Sexual y Reproductiva.
Allí, logró identificar cómo la regulación en la localización de PKA, es fundamental para activar un canal específico de calcio del espermatozoide. Por otro lado, la colaboración del doctor Diego Krapf, investigador en la Universidad de Colorado, permitió gracias a microscopía de alta resolución observar el movimiento de la proteína quinasa dentro del la cola del espermatozoide, con una resolución menor a 20 nanómetros.
Este trabajo abre las puertas al desarrollo de nuevas hipótesis que ayuden a comprender el mecanismo por el cual un espermatozoide adquiere su capacidad fértil. “Creemos que nuestro trabajo es el puntapié inicial para intentar comprender la regulación de ciertos mecanismos moleculares desde una óptica novedosa”, concluyó Darío Krapf.