Se realizó la decimoctava edición del concurso INNOVAR 2023 que premia y fomenta inventos, diseños y desarrollos de productos y servicios a nivel nacional.
Christian Magni, investigador del IBR, asistió a la exposición que se desarrolló en el Centro Cultural de la Ciencia, del 28 al 30 de septiembre realizando la presentación del proyecto de su grupo: “Desarrollo de una vacuna oral contra la gripe aviar”, lo que les valió tres reconocimientos en la sección Alimentos y los premios del INTI y del INTA.
¿Es posible desarrollar nuevas vacunas en forma rápida y segura?
“El proyecto tiene como objetivo desarrollar una vacuna oral contra la gripe aviar utilizando una bacteria inofensiva llamada Lactococcus lactis. Para ello, modificamos genéticamente esta bacteria para que pueda producir un fragmento del antígeno de la gripe aviar (hemaglutinina HA1) fusionado a un sitio de unión de un potente adyuvante que refuerza la respuesta inmunitaria, el cual también es producido por esta bacteria”, comenta Magni.
La importancia de disponer de una vacuna oral de este tipo es su fácil aplicación y que no requiere de equipos o materiales especializados. Esto la convierte en una opción atractiva no solo para la industria avícola, que trabaja con miles de animales por granja sino que también tiene un gran potencial en la creación de vacunas para seres humanos. Es importante destacar que este proyecto recibió financiamiento previo para el desarrollo de una vacuna contra el Chagas a través del Premio SANOFI-CONICET.
Las vacunas contra la gripe aviar suelen producirse utilizando métodos tradicionales que involucran embriones de pollo, virus inactivados, virus mutantes o vacunas recombinantes. Estos métodos requieren pasos adicionales de purificación y la inclusión de adyuvantes, conservantes y estabilizadores. Lo que complica y encarece el proceso de producción. En contraste, nuestro prototipo de vacuna utilizando Lactococcus lactis presenta varias ventajas:
- Es más sencillo y eficiente.
- No necesita la adición de adyuvantes, conservantes o estabilizadores.
- Es más seguro para las aves.
“Es importante reflexionar sobre dos aspectos que surgen de nuestra investigación aplicada. En primer lugar nuestro proyecto se desarrolla dentro de un ámbito donde la investigación científica básica desempeña un papel fundamental. Y en segundo lugar y no menos importante, gran parte de nuestro progreso se debe a los aportes de instituciones como la Universidad Nacional de Rosario y el CONICET, que a menudo enfrentan críticas, pero que son cruciales para el avance de la ciencia y la innovación”, destacó el investigador.
En total se registraron 1049 iniciativas cuya distribución por categorías fue: 209 proyectos en “Diseño innovador”; 67 en “Investigación Aplicada”, 89 en “Desarrollo Sustentable y Energía”, 80 en “Alimentos”, 82 en “Salud”, 56 en “Robótica e Inteligencia Artificial”, 74 en Pequeñas y medianas empresas”, 69 en “Innovaciones en la Universidad” y 323 en “Escuelas Técnicas y Agrotécnicas”. Respecto a su distribución federal se inscribieron 631 proyectos de la región Centro y Buenos Aires; 115 de la región NOA; 128 de Cuyo; 90 de la región Patagonia; y 85 del NEA.
Con más de 18 años de trayectoria, el Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR es la iniciativa pionera que fomenta la innovación y premia a quienes se atreven a inventar, crear y mejorar productos y servicios, a nivel federal. Los proyectos son distinguidos con el objetivo de impulsar y promover invenciones de alto impacto social y comercial; potenciar emprendimientos de base tecnológica; dar visibilidad a procesos, productos patentados o patentables en Argentina y/o el exterior y servicios que conlleven una demostrada generación de valor; y continuar fortaleciendo el desarrollo de una cultura innovadora nacional.
